
Los tiburones que llegan a litorales mexicanos son de importancia comercial para comunidades pesqueras, lo que implica que se haga una explotación sustentable de esas especies, indicó la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).
Explicó que los escualos representan para el país valiosas fuentes de alimento, empleo y divisas, lo que constituye un significativo aporte a la economía de miles de familias sobre todo de los estados de Sinaloa, Baja California, Baja California Sur, Chiapas y Sonora.
Al apoyar con materiales informativos la exposición artística-cultural “Somos depredadores, grandes dientes tenemos somos los tiburones”, refirió que la mayoría de las más de 350 especies de tiburones son migratorias.
Con base en información de especialistas científicos, el organismo detalló que esa movilidad se debe a que la especie está en constante búsqueda de alimentos, a sus ciclos reproductivos y a cambios ambientales estacionales que se presentan en su hábitat.
Instalada en el exconvento de Culhuacán de la ciudad de México, la exhibición es un recorrido documental elaborado por niños de la Escuela Primaria Gustavo A. Madero de la delegación Iztapalapa,con información actualizada de la Conapesca y otras fuentes.
Se eligió al tiburón como tema central y para cambiar la errónea percepción que se tiene sobre esa especie.
En el material recopilado por los infantes que forma parte de la exposición pública se explica que mediante películas comerciales se han construido mitos sobre esos animales, como el que sean los grandes cazadores de la especie humana.
“Ese temor infundado hacia el tiburón ha provocado que se agreda a esa y otras especies marinas”, refieren los niños expositores.
Advierten que el calentamiento global también ha obligado a esos peces a modificar sus hábitos de vida y a cambiar sus rutas migratorias.
Al participar en la inauguración de la muestra infantil, el director del Museo del Templo Mayor, Carlos Javier González, explicó que durante las excavaciones en ese espacio histórico se encontraron ofrendas en las que habían restos marinos, como cartílagos de tiburón y peces, así como arena de mar.
Los mexicas, asentó, tenían un conocimiento muy grande de las especies marinas y de cómo recolectarlas, además de que algunas de ellas eran muy apreciadas por la diversidad de su figura, color y tamaño.
Los productos marinos formaban parte de los tributos frescos que les enviaban pueblos costeros y que en el Valle de México tenían como función la de ser alimento, artículos de ornato y elementos simbólicos en sus rituales, comentó.(Privincia)
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