
La Paz, Baja California Sur.- “No porque el Gobierno diga oficialmente esto es un matrimonio, comienza a ser verdad, porque no se puede legalizar la mentira en la unión entre dos personas del mismo sexo; es una realidad análoga al matrimonio y ponerle ese título es un acto de piratería; ante los ojos de Dios, son piratas esos matrimonios”.
Bajo estos términos se expresó el Obispo de la Diócesis de La Paz, Miguel Ángel Alba Díaz, quien aclaró: “no estoy condenando la sociedad entre dos hombres o dos mujeres, sus valores y su conciencia dirán hasta dónde llegan y hasta dónde no. Quiero decir no es matrimonio porque esa finalidad no sólo no se da, sino no se puede dar, queda absolutamente excluida”.
El representante de la Iglesia Católica en Baja California Sur, dejó en claro que es un tema que obliga a mucha reflexión, porque que desde antes de que ese tema estuviera en la agenda social ha confesado a muchos homosexuales, ha visto su sufrimiento, por como la sociedad los reprime y toda la violencia que se ha ido acumulando en su corazón.
“Desde mucho tiempo atrás he confesado a varios homosexuales que viven en pareja y que sufren, he pensado que ciertamente no por ser homosexuales están condenados a vivir en soledad”, expresó el Obispo.
Sin embargo se pronunció en contra de los matrimonios entre personas del mismo género, “también he pensado que la sociedad es injusta al obligarlos a reprimir en público sus sentimientos, a fingir que son “amigos o amigas”, cuando en realidad no lo son, porque no aceptan su amor. “Queremos a los homosexuales, no son un error de la naturaleza ni equivocación de Dios, son queridos, amados por Dios para vivir y de ellos tenemos mucho que aprender”.
Pero precisó que no acepta la ideología de género, porque sexo y género son dos cosas distintas, pero sí cree que la sociedad muchas veces ha impuesto roles culturales haciendo creer que “soy más hombre porque hago esto y evito aquello o que soy menos hombre porque hago esto y evito aquello”.
Alba Díaz, insistió: “no creo en la ideología de género, porque género es una categoría gramatical y por lo tanto es arbitraria, hay palabras que en español son masculinas y en inglés u otro idioma son femeninas y viceversa. Las cosas no tienen sexo y el género es arbitrario. Se puede decir -ejemplificó-: la computadora o el organizador, pero no es ni masculino ni femenino”.
Luego de establecer que el sexo es propio de los seres vivos y de manera más clara en los seres vivos superiores, el Obispo de Nuestra Señora de La Paz, afirmó que “darles registro matrimonial a personas del mismo género, es oficializar una mentira, a pesar de que nadie es más homofóbico de los homosexuales que un propio homosexual, porque odian su propio sexo, lo que ven lo desprecian y lo niegan. Tenemos que enseñarles a amarse, a quererse como son y a descubrirse amados y muchos paradigmas de debilidad que la sociedad les ha impuesto son mentiras”.
El Obispo de la Diócesis de La Paz, puntualizó que la definición actual de matrimonio se lo atribuyen a la Iglesia Católica que quiere imponer un modelo a la sociedad, “pero eso es mentira; el matrimonio es un convenio, una alianza protegida por la ley entre un hombre y una mujer para formar a una familia, es anterior a la Iglesia, anterior al judaísmo y se dio en todas las culturas antiguas; porque en todas las sociedades uno de los fines prioritarios –aunque no el único- del matrimonio ha sido siempre el procrear y educar a unos hijos. Pero en una asociación entre dos personas del mismo sexo esa finalidad no existe y no puede existir, la adopción de niños en parejas del mismo sexo”.
“No podemos experimentar con seres humanos, tenemos que estudiar más a fondo antes de tomar decisiones permisivas que puedan causar daños irreversibles a una persona”, manifestó.
Finalmente Monseñor afirmó que las Iglesias Cristianas piensan igual en lo general, pero la Iglesia Católica tiene mayor visibilidad social, eso hace creer que es la que lleva el estandarte en muchos temas, pero no es así. “Creo que precisamente eso es lo que nos da legitimidad, la posibilidad de decir libremente lo que pensamos, aunque vaya contra corriente, eso es lo que no nos hace borregos. No lo hacemos porque somos libres, tenemos pensamiento crítico y nos atrevemos a decir lo que pensamos. Hay que recordar que los que hoy tienen monumentos, fueron rechazados del ayer”.
Bajo estos términos se expresó el Obispo de la Diócesis de La Paz, Miguel Ángel Alba Díaz, quien aclaró: “no estoy condenando la sociedad entre dos hombres o dos mujeres, sus valores y su conciencia dirán hasta dónde llegan y hasta dónde no. Quiero decir no es matrimonio porque esa finalidad no sólo no se da, sino no se puede dar, queda absolutamente excluida”.
El representante de la Iglesia Católica en Baja California Sur, dejó en claro que es un tema que obliga a mucha reflexión, porque que desde antes de que ese tema estuviera en la agenda social ha confesado a muchos homosexuales, ha visto su sufrimiento, por como la sociedad los reprime y toda la violencia que se ha ido acumulando en su corazón.
“Desde mucho tiempo atrás he confesado a varios homosexuales que viven en pareja y que sufren, he pensado que ciertamente no por ser homosexuales están condenados a vivir en soledad”, expresó el Obispo.
Sin embargo se pronunció en contra de los matrimonios entre personas del mismo género, “también he pensado que la sociedad es injusta al obligarlos a reprimir en público sus sentimientos, a fingir que son “amigos o amigas”, cuando en realidad no lo son, porque no aceptan su amor. “Queremos a los homosexuales, no son un error de la naturaleza ni equivocación de Dios, son queridos, amados por Dios para vivir y de ellos tenemos mucho que aprender”.
Pero precisó que no acepta la ideología de género, porque sexo y género son dos cosas distintas, pero sí cree que la sociedad muchas veces ha impuesto roles culturales haciendo creer que “soy más hombre porque hago esto y evito aquello o que soy menos hombre porque hago esto y evito aquello”.
Alba Díaz, insistió: “no creo en la ideología de género, porque género es una categoría gramatical y por lo tanto es arbitraria, hay palabras que en español son masculinas y en inglés u otro idioma son femeninas y viceversa. Las cosas no tienen sexo y el género es arbitrario. Se puede decir -ejemplificó-: la computadora o el organizador, pero no es ni masculino ni femenino”.
Luego de establecer que el sexo es propio de los seres vivos y de manera más clara en los seres vivos superiores, el Obispo de Nuestra Señora de La Paz, afirmó que “darles registro matrimonial a personas del mismo género, es oficializar una mentira, a pesar de que nadie es más homofóbico de los homosexuales que un propio homosexual, porque odian su propio sexo, lo que ven lo desprecian y lo niegan. Tenemos que enseñarles a amarse, a quererse como son y a descubrirse amados y muchos paradigmas de debilidad que la sociedad les ha impuesto son mentiras”.
El Obispo de la Diócesis de La Paz, puntualizó que la definición actual de matrimonio se lo atribuyen a la Iglesia Católica que quiere imponer un modelo a la sociedad, “pero eso es mentira; el matrimonio es un convenio, una alianza protegida por la ley entre un hombre y una mujer para formar a una familia, es anterior a la Iglesia, anterior al judaísmo y se dio en todas las culturas antiguas; porque en todas las sociedades uno de los fines prioritarios –aunque no el único- del matrimonio ha sido siempre el procrear y educar a unos hijos. Pero en una asociación entre dos personas del mismo sexo esa finalidad no existe y no puede existir, la adopción de niños en parejas del mismo sexo”.
“No podemos experimentar con seres humanos, tenemos que estudiar más a fondo antes de tomar decisiones permisivas que puedan causar daños irreversibles a una persona”, manifestó.
Finalmente Monseñor afirmó que las Iglesias Cristianas piensan igual en lo general, pero la Iglesia Católica tiene mayor visibilidad social, eso hace creer que es la que lleva el estandarte en muchos temas, pero no es así. “Creo que precisamente eso es lo que nos da legitimidad, la posibilidad de decir libremente lo que pensamos, aunque vaya contra corriente, eso es lo que no nos hace borregos. No lo hacemos porque somos libres, tenemos pensamiento crítico y nos atrevemos a decir lo que pensamos. Hay que recordar que los que hoy tienen monumentos, fueron rechazados del ayer”.